domingo, mayo 14, 2006

Bush Skulls and Bones y los indios. Conspiraciones.

image El hallazgo de una carta de 1918 revela que el abuelo del presidente de Estados Unidos pudo haber participado en la profanación de la tumba del jefe indio Gerónimo y robado su cráneo, todo ello en una acción del elitista club secreto estudiantil Skull and Bones (calavera y huesos) de Yale, al que han pertenecido tres generaciones de los Bush.

Los indios norteamericanos sufrieron infinidad de injusticias y crueldades a manos del hombre blanco. Durante años se propagó la leyenda de que uno de sus últimos guerreros, el líder apache Gerónimo, fue sometido incluso a la vileza póstuma de que su tumba fuese profanada, nada menos que por niñatos ricos de la Universidad de Yale. Un nuevo documento podría abonar la tesis de que el episodio fue real y que, entre sus protagonistas, figuró el abuelo del actual presidente, Prescott Bush.

La postrera revelación la hizo un historiador de Yale, Marc Worman. Éste descubrió una carta del año 1918 según la cual miembros de la sociedad secreta estudiantil Skull and Bones (calavera y huesos), a la que pertenecieron el actual presidente, su padre y su abuelo, desenterraron los restos de Gerónimo en el cementerio de Fort Sill (Oklahoma) y se los llevaron a la tumba de New Haven (Connecticut) que sirve de sede de Skull and Bones. Parece ser que la gamberrada juvenil se cometió mientras un grupo de voluntarios de Yale estaba recibiendo adiestramiento militar en Fort Sill, en plena Primera Guerra Mundial.

El problema es que la carta fue escrita por un miembro de la sociedad secreta, Winter Mead, que no estuvo físicamente en Fort Sill. A pesar de que da detalles sobre la exhumación de la calavera, otros huesos y una silla de montar a caballo, queda la duda de si corresponden de verdad al jefe indio. "Históricamente puede resultar imposible probar que eran de Gerónimo", confesó Wortman, quien halló la carta mientras investigaba sobre un grupo de alumnos ricos que fundó un escuadrón aéreo. Un descendiente del jefe apache, su bisnieto Harlyn, quiere denunciar al ejército de EE. UU., al que hace responsable de la profanación.

La sociedad Skull and Bones es un club muy elitista que alimenta teorías conspiradoras. Sólo admite 15 nuevos miembros cada año, a los que se somete a un ritual secreto que nunca podrán revelar. Se cree que la ceremonia incluye confesar secretos sexuales y besar una calavera. Los integrantes veneran el número 322.

En los personajes que han sido admitidos en la sociedad figuran, además del actual inquilino de la Casa Blanca y de su padre, George H. W. Bush, el presidente William Howard Taft, el senador John Kerry - último candidato presidencial demócrata-, numerosos congresistas, financieros y periodistas, casi siempre vástagos de familias poderosas y bien conectadas.

Prescott Bush era hijo del industrial acerero Samuel Bush, uno de los iniciadores de la dinastía de empresarios y políticos, que tuvo un papel muy relevante en el rearme de EE. UU. ante la Primera Guerra Mundial. Prescott fue banquero en Wall Street y senador por Connecticut. Su compañía, Brown Brothers Harriman, hizo muchos negocios con la Alemania nazi.

Gerónimo, nacido en 1829 y que debe su nombre a los españoles que controlaban México, fue jefe de los apaches chiricahua en lo que hoy es Nuevo México y Arizona. Dirigió una guerra de guerrillas contra el ejército estadounidense, que intentaba expulsar a los indios de sus tierras ancestrales y obligarles a vivir en reservas. Su rendición, en 1886, fue la última de un grupo indio; aunque algunas tribus, como los seminolas de Florida, no se rindieron jamás. Gerónimo vivió como prisionero de guerra hasta su muerte, en 1909. Durante su confinamiento en Fort Sill se convirtió al cristianismo y se recicló como granjero. La publicación de su autobiografía, en 1906, le dio fama nacional. Los suyos lo tenían por un jefe con poderes sobrenaturales, invulnerable a las balas, capaz de andar sin dejar huellas y de retrasar la salida del sol para zafarse del enemigo.

Imagen: Prescott Bush, junto a un joven Richard Nixon en 1953, fue banquero en Wall Street, senador influyente y dueño de una empresa que hizo negocios con la Alemania nazi. Foto: Bettmann / Corbis