jueves, abril 20, 2006

26 Septiembre, 2005


Nos aseamos como pudimos en los baños de la estación, y partimos hacía la plaza mayor de la aldea, allí nos encontramos a unos donostiarras que estaban de vacaciones por ahí y nos ofrecieron comida. Después de desayunar en una cafetería panadería algo extraña y muy rosa, nos fuimos a la catedral, a verla entera, cada detalle. Impresiona. Dentro, hay un circulo mágico. Un laberinto. Justo por el centro pasa una corriente telúrica, las venas de la tierra, y había un grupo de ingleses dados de la mano, y nos unimos, por eso de experimentar..

Este asentamiento fue un templo de la orden del temple del siglo XII, por donde paso el arca de la alilanza. Hay una imagen esculpida en la piedra, de unos caballeros templarios y un baúl, tirado por burros.
Diversas leyendas hay sobre este tema, no me meto en discusiones. Pero me parecía algo muy llamativo.

Justo cuando fui a sacar fotos a esas imagenes, se la volvió loca la cámara a mi amiga, y a mi me dejo de funcionar. Curioso.
Y fuimos auna tienda de fotos a ver qué pasaba, y nos lo arreglaron sin cobrarnos nada, que amables.

Luego entramos en los servicios públicos, que están dentro de una tienda de souvenirs, y al salir hurtamos algunas postales, que no estábamos como para tirar los euros.
Seguimos dando un pequeño paseo por la ciudad, y partimos hacía pArís.

Por la tarde, llegamos a pArís, y buscamos la oficina de turismo para que nos buscaran un albergue barato, y dieron con uno uy entrañable, con un mustang cortado por la mitad colgando de la parred, en una de las calles céntricas de la ciudad de la luz, la diva de la belle epoque.
Nos fumamos un par de txustes en la ducha del albergue, y salimos a conquistar la ciudad en llamas. Era de noche, y fuimos al Moulin Rouge, paseamos por esas calles de Monmartre subiendo hacia el Sagrado Corazón, donde a las 2 de la mañana aun había 500 personas mirando la ciudad desde lo alto, y viendo a dos artistas bohemias girar las cariocas con fuego.
Desde esa altura se veían todos los monumentos emblematicos de pArís. Increíbles las vistas, enormemente grande la ciudad, no había horizonte.

Seguimos paseando, y decidimos bajar a la ciudad para ir a casa, había teleférico para subir y bajar, pero lo hicimos a pie ambas veces. Curioso lo del teleférico....

Al llegar al albergue nos encontramos compañía, dos chicas canadienses, muy responsables, a las 2 de la mañana y durmiendo.... nosotras salimos al patio a fumar el txus de antes de dormir, y asi lo hicimos, después de estar hablando un buen rato sobre lo ajeno.